Mi vecina me habló de Alaya. A mí me gusta conocer distintas alternativas para mejorar mi salud, así que allá fui.
Tengo una punta de iceberg llamada almorrana que lleva tiempo molestándome. y alteraciones intestinales.
Cuando Alaya comenzó a testarme y comenzaron a salir desajustes en el colón, el hígado, la vesícula, comprendes lo que en biología en el instituto aprendemos de memoria sin interiorizar: que nuestro organismo está compuesto por múltiples sistemas interconectados y que lo que le afecta a uno puede afectar a otros muchos.
Durante las sesiones me siento bien. Me alucina la rapidez con la que Alaya testea los distintos alimentos y componentes. Me alucina mucho más cómo nuestro ordenador central (que en este caso no es el cerebro), da señales de lo que le quita fuerza/energía.
Una de las recomendaciones de Alaya fue dejar de comer ciertos alimentos que en el test resultaban tóxicos para mi digestivo. Me he desinflamado , me noto con mayor flexibilidad y agilidad y las reglas me molestan menos que antes.
Sigo yendo periódicamente a Alaya, porque es una manera de testarme y de ponerme “retos” de salud para mejorar. Recomiendo asistir a sus consultas a todas las personas que estén dispuestas a tener las riendas de su salud en sus manos y estén dispuestas a cambiar (hábitos, estilo de vida, pensamientos…). Seguramente, se sentirán mejor!